BUENOS AIRES,
En referencia al día del Niño celebrado recientemente, el Arzobispo de Santa Fe de la Vera Cruz (Argentina), Mons. José Arancedo, expresó que "el amor, junto a una auténtica alegría, es la mejor docencia para un niño".
"La fuente de esta alegría no está en lo que él significa para mí, sino en el reconocimiento de su existencia. No se trata de algo que me satisface, sino de alguien que, en su autonomía y libertad, vive un presente, pero sobre todo tiene un futuro", añadió.
Este año, el día del niño se celebró en Argentina el domingo 10 de agosto. En este sentido, Mons. Arancedo expresó algunas reflexiones.
"Esto nos exige un cierto olvido de nuestras preocupaciones para alegrarnos por su presencia. ¡Qué triste es para un niño crecer en un espacio en el que nota la falta de alegría! La alegría es para el niño un signo de esperanza en su vida, porque el futuro siempre tiene para él algo de incierto. El amor, junto a una auténtica alegría, es la mejor docencia para un niño".
Del mismo modo, afirmó que cada niño es un regalo que nos ha sido dado, lo cual no disminuye el rol de los padres, sino que hace tomar consciencia de la misión.
"Cuando nos sentimos dueños de la vida y, sin quererlo ni pensarlo, pasamos a ocupar el lugar de Dios, la conciencia de gratitud y de responsabilidad pierde un aspecto de trascendencia respecto a la vida del niño. Desde la fe cada niño, en cuanto hijo de Dios, es alguien único y personal con una vocación propia y una apertura espiritual".