SEÚL,
Dos obispos de Corea del Sur, directamente involucrados en la organización de la visita que el Papa Francisco realizó al país entre el 14 y el 18 de agosto, hicieron una evaluación general del mismo y coincidieron en resalta que el Santo Padre ha mostrado con sus acciones personales cuál es la misión de la Iglesia en estas tierras asiáticas.
Mons. Peter Kang U-il, Presidente de la Conferencia Episcopal y del Comité Preparatorio de la Visita del Papa Francisco a Corea, comentó en conferencia de prensa realizada el 18 de agosto que "desde el primer día me sorprendió el Papa porque nos ha enseñado a amar de un modo único, acompañado de su buen humor".
Por ejemplo, contó, cuando le presentamos una gran tela que nos iba a servir de recuerdo, "le pedimos firmar su nombre y lo hizo de forma muy pequeña. Eso muestra que no quiere ser visto como una gran figura, sino como alguien pequeño y humilde".
"Así indirectamente implica que no es una gran persona, así es su forma de comunicarnos eso. Otra cosa que sucedió en cada uno de los eventos es que siempre había una gran silla para él, decorada especialmente; pero nunca la usó, tampoco usó los micros especiales preparados para él".
El Prelado indicó asimismo que los coreanos han visto todo esto del Papa y esperan ahora que los líderes del país aprendan de su ejemplo. "Él ha criticado, no directamente pero sí entre líneas, las cosas que no está bien y ha alentado lo que sí está bien. Se ha referido a las cosas que necesitamos mejorar. Creo que los coreanos entenderán este mensaje y llevarán a la sociedad coreana a la reconciliación nacional", prosiguió.
El también Obispo de Cheju dijo luego que "esta visita ha servido para alentarnos a todos nosotros a ser trabajadores de la paz, no solo en el sentido de una situación sin guerra; sino en el de aquel que busca lograr una sociedad en donde la justicia llene todos los rincones. Esa es la misión que nos ha dado".