ROMA,
"¿Qué será de nosotros?", es la pregunta que se hacen los miles de cristianos refugiados en el Kurdistán iraquí, expresó el Cardenal Fernando Filoni, al señalar que las escuelas católicas, iglesias y la casa del Obispo se han convertido en refugios temporales para estas personas que aún temen por el avance de los yihadistas del Estado Islámico.
En declaraciones a Radio Vaticana, el Purpurado dijo desde Erbil (capital del Kurdistán iraquí), que lo primero que ha hecho ha sido visitar a los miles de refugiados, muchos de los cuales están siendo alojados en edificios de la Iglesia y otros en casas de familias que los han recibido.
El Cardenal Filoni, enviado especial del Papa Francisco para asistir a los refugiados iraquíes, advirtió que las condiciones de vida no son las adecuadas pues muchos tienen que estar al aire libre. Sin embargo, agradeció el esfuerzo que se realiza para atenderlos y la disponibilidad del gobierno dirigido por Masoud Barzani.
En ese sentido, el Cardenal Filoni indicó que ha entregado a la Iglesia local la ayuda del Papa Francisco y agradeció "la generosidad que sigue llegando". "Hay un fuerte agradecimiento no solo por el compromiso material del Papa, sino también porque su voz se hizo presente en esta difícil situación, en la que se encuentran unas 160.000 personas entre cristianos y de otras minorías" en Erbil y otras zonas del norte de Irak.
El Purpurado relató que ha sido bien recibido, con un gran entusiasmo y simpatía de la gente. Sin embargo, recordó que necesitan apoyo material y también psicológico. "Es gente que huyó de sus casas, han sido desarraigados de sus costumbres, de su cultura y su entorno", entonces requieren asistencia "espiritual y psicológica".
"El futuro sigue siendo incierto, '¿qué será de nosotros?' Aquí, esperamos, con el apoyo y la ayuda de todos, poder asegurar que un día estas personas puedan regresar a sus casas", expresó.