REDACCION CENTRAL,
Cada 26 de julio la Iglesia Católica celebra la fiesta de San Joaquín y Santa Ana, padres de la Santísima Virgen María y abuelos del Señor Jesús. La tradición nos ayuda de esta manera a recordar la importancia de la 'familia grande' (abuelos, tíos, primos, etc.).
La responsabilidad de ser padres
Joaquín y Ana -santos patronos de los abuelos- fueron personas de profunda fe y confianza en las promesas de Dios. Ambos educaron a la Virgen María en la fe del pueblo de Israel, alimentando en Ella el amor hacia el Creador y contribuyendo de manera singular a que nuestra Madre estuviera lista para su singular vocación.
Es a través de sus padres como María se suma a esa porción del pueblo escogido que espera la llegada del Salvador de la humanidad, el Mesías.
El inmenso don de ser abuelos
El Papa Benedicto XVI, un día como hoy pero del año 2009, resaltaba a través de las figuras de San Joaquín y Santa Ana cuál era la importancia de los abuelos dentro de la familia, especialmente en el aspecto educativo. Decía que los abuelos "son depositarios y con frecuencia testimonio de los valores fundamentales de la vida".