ROMA,
Con la aprobación del Obispo italiano Salvatore Di Cristina, desde hace once años, la Pastoral Familiar de la Diócesis de Palermo (Italia), trabaja para asistir espiritualmente a personas divorciadas o separadas que eligieron dar testimonio de su fidelidad al Sacramento del Matrimonio, una elección diferente a la de los separados que conviven con otras parejas, o las personas divorciadas vueltas a casar.
La pastoral se desarrolla en el "Centro Santa María de Caná", del que forma parte Maria Pia Campanella, una mujer que contrajo matrimonio hace 45 años y que desde hace 24, vive separada y sin pareja, como prueba de su fidelidad a Dios.
"Mi testimonio, junto a la de otras personas separadas, da a la pastoral un horizonte más amplio sobre el Matrimonio y su indisolubilidad", afirmó Campanella en declaraciones a ACI Prensa.
El grupo se reúne durante todo el año para orar y profundizar sobre la misión del Matrimonio como servicio a la santidad del cónyuge y de los hijos, así como la edificación de la Iglesia.
Las temáticas de profundización sobre la vocación matrimonial se basan en las Sagradas Escrituras y en el Magisterio de la Iglesia. Que sostienen que si el Sacramento fue celebrado válidamente, la Iglesia tiene el deber de ayudar a estos hermanos a mantener la fidelidad a los compromisos matrimoniales.
Cada año, los separados y divorciados, recorren un ciclo de tres etapas fundamentales que consiste en "reconstruir la identidad del hijo de Dios, recorrer el camino del perdón, y hacer revivir la identidad nupcial".