ROMA,
Durante los meses de verano en Roma, cientos de puestos se apilan junto al río Tiber para acoger a los más de dos millones de turistas que llegan a esta ciudad en busca de diversión. Entre los puestos destaca uno dirigido por Franciscanos Conventuales que hacen apostolado siguiendo el llamado del Papa Francisco a estar en medio a la gente.
Un gran globo con la imagen de San Maximiliano Kolbe se alza atrayendo la atención de los turistas. A su lado está –por primera vez en la historia-, el stand del Padre Paolo Fiascorano, director del Centro Misionero, quien coordina las actividades misioneras de los Franciscanos Conventuales en 40 países del mundo.
"Hemos acogido la invitación del Papa Francisco de ir a las periferias existenciales del mundo contemporáneo. Y creemos que esta es una gran ocasión para nosotros, para difundir el Evangelio a través del contacto, estableciendo un diálogo con las personas que pasan", explica el P. Fiascorano en declaraciones a ACI Prensa.
Los puestos abren a las 7 p.m. hora local y cierran en la madrugada. El P. Fiascorano en cambio, cierra su tenderete a las 11 p.m.
Para este fraile, hoy día también los territorios de larga tradición católica, se convierten en tierras de misión, y los católicos deben salir a dar testimonio de lo que Cristo obra en la vida de los cristianos. El fraile franciscano sostiene que el Papa Francisco cambió el significado de ser una Iglesia en misión.
"Antes cuando se hablaba de misión, solíamos pensar en el sacerdote que deja su nación para llegar a lugares donde el Evangelio nunca había llegado, donde hacía falta bautizar. En cambio este Papa insiste en que también debemos ser misioneros allá donde estemos, y dice: 'Sacerdotes, salgan de la sacristía, de las iglesias, y estén entre la gente, porque no podemos solo ocuparnos del 10 por ciento de la población que va a Misa. ¿Qué pasa con el otro 90 por ciento?", afirmó.