ROMA,
La responsabilidad del nuevo derramamiento de sangre en Tierra Santa pertenece en gran parte a los líderes políticos que "echan leña al fuego", alimentando el conflicto con palabras y actos irresponsables. Además, utilizar el asesinato de tres israelíes "para infligir un castigo colectivo contra el pueblo palestino en su conjunto y en su legítimo deseo de ser libres, es una instrumentación trágica de esa tragedia y sólo aumenta la violencia y el odio".
Así, en un comunicado difundido el 8 de julio, la Comisión Justicia y Paz de la Asamblea de los Ordinarios Católicos de Tierra Santa ha señalado sobre la nueva ola de violencia que se ha desatado en la región, que ha visto aumentar la cifra de las víctimas con la escalada de las incursiones israelíes en la Franja de Gaza, con más de 160 redadas que han provocado decenas de muertes.
"Israel y Palestina –se lee en el texto de la declaración enviada a la agencia vaticana Fides– hacen eco de los gritos de las madres y padres, hermanos y hermanas, de los seres queridos de los jóvenes caídos víctimas de la última ola de violencia que azota esta tierra".
Algunas de las víctimas son bien conocidas, ya que "los medios de comunicación han informado de los detalles de sus vidas, mientras que otros - mucho más numerosos - son meras estadísticas, sin nombre y sin rostro".
El análisis de la situación expresada por la comisión de Justicia y Paz llama a su responsabilidad a los dirigentes políticos y religiosos. Por un lado, el lenguaje violento de quienes en Israel piden venganza "es alimentado por las actitudes y expresiones de un liderazgo que continúa promoviendo un discurso discriminatorio, los derechos exclusivos de un grupo y la ocupación, con todas sus consecuencias desastrosas".
"Se construyen nuevos asentamientos, las tierras son confiscadas, las familias son separadas, los seres queridos son detenidos e incluso asesinados".