El domingo: usted se ha referido al domingo de la familia, a perder el tiempo... Este es un punto "crítico", un punto que nos permite discernir, evaluar la calidad humana del sistema económico en el que nos encontramos. Y dentro de este contexto también se coloca el tema de trabajar el domingo, lo que interesa no sólo a los creyentes, sino que interesa a todos, como elección ética.
Es este espacio de gratuidad que estamos perdiendo, ¿eh? La pregunta es: ¿a qué queremos dar prioridad? El domingo libre de trabajo- con la excepción de los servicios necesarios – está para afirmar que la prioridad no va a lo económico, sino a lo humano, a lo gratuito, a las relaciones no comerciales sino familiares, a los amigos, para los creyentes a la relación con Dios y con la comunidad.
Tal vez ha llegado el momento de preguntarse si aquella de trabajar los domingos, es una verdadera libertad. Porque el Dios de las sorpresas y el Dios que rompe los esquemas, sorprende y rompe los esquemas para que nosotros seamos más libres: es el Dios de la libertad.
Queridos amigos, hoy me gustaría unir mi voz a la de muchos trabajadores y empresarios de este territorio pidiendo que pueda implementarse también un "pacto para el trabajo". He visto que en Molise se está tratando de responder al drama del desempleo uniendo fuerzas de una manera constructiva.
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Muchos puestos de trabajo podrían ser recuperados a través de una estrategia acordada con las autoridades nacionales, un "pacto para el trabajo" que sepa aprovechar las oportunidades ofrecidas por las normas nacionales y europeas. Los animo a seguir adelante en este camino, que puede traer buenos frutos aquí, así como en otras regiones.
Me gustaría regresar sobre una palabra que tú has dicho: dignidad. No tener trabajo no es sólo no tener lo necesario para vivir: no. Podemos comer todos los días: vamos a Caritas, vamos a esta asociación, al club, vamos allá y nos dan algo de comer.
Pero ese no es el problema. El problema es no llevar el pan a casa: ¡esto es grave, y esto quita la dignidad! Esto , nos quita la dignidad. Y el problema más grave no es el hambre, es un problema. El problema más grave es la dignidad. Por esto tenemos que trabajar y defender nuestra dignidad, que la da el trabajo.
Por último, me gustaría decirles que me llamó la atención el hecho de que me hayan donado un cuadro que representa justamente una "maternidad". La maternidad conlleva el trabajo, pero el trabajo de parto se orienta a la vida, está lleno de esperanza.
Así que no sólo les doy las gracias por este regalo, sino que les agradezco aún más por el testimonio que contiene: la de un trabajo lleno de esperanza. ¡Gracias! Y me gustaría añadir un hecho histórico, que me ha pasado.
Cuando era Provincial de los jesuitas, había necesidad de enviar a la Antártida a vivir allí 10 meses al año, un capellán, he pensado, y fue uno, el padre Bonaventura De Filippis. Pero, ¿saben?, nació en Campobasso, era de aquí... ¡Gracias!