ROMA,
En la Misa por la Solemnidad de San Pedro y San Pablo, el Papa Francisco impuso el Palio a 24 nuevos Arzobispos Metropolitanos, entre los que se encuentran cuatro provenientes de América Latina.
Estos nuevos Arzobispos son el Arzobispo de San José de Costa Rica (Costa Rica), Mons. José Rafael Quirós Quirós; el Arzobispo de La Serena (Chile), Mons. René Osvaldo Rebolledo Salinas; el Arzobispo de Montevideo (Uruguay), Mons. Daniel Fernando Sturla Berhouet; y el Arzobispo de Porto Alegre (Brasil), Mons. Jaime Spengler.
A la ceremonia asistió una delegación del Patriarcado Ecuménico de Constantinopla, encabezada por el Metropolita de Pérgamo, Ionnis, quien a su vez es co-presidente de la Comisión mixta internacional para el Diálogo Teológico entre la Iglesia Católica y la Iglesia Ortodoxa.
El Palio Arzobispal es una banda de lana blanca en forma de collarín, semejante a una estola y se utiliza a modo de escapulario, adornada con seis cruces de seda negra. Es la insignia exclusiva de los Arzobispos Metropolitanos.
La lana significa la aspereza de la reprensión a los rebeldes; el color blanco, la benevolencia hacia los humildes y penitentes. La forma circular que encierra los hombros es el temor del Señor, por quien las obras se cierran a fin de que su perfume cubierto no se vaya desvaneciendo, como sucede si se descuidan las pequeñas cosas que, poco a poco, se cae en las grandes.
El Palio tiene cuatro cruces situadas delante y detrás, a la derecha y a la izquierda. Se relaciona con las cuatro virtudes cardinales, teñidas de púrpura por la fe en la Pasión del Cristo. En la parte anterior se representa la justicia: el prelado debe velar para dar a cada cual lo suyo. En la parte posterior, la prudencia: el Prelado debe cuidarse de dudas y pensamientos nocivos. A la izquierda, el coraje, para no sucumbir en la adversidad. A la derecha, la templanza, para no descontrolarse en la prosperidad.