ROMA,
El centenar de guardias suizos que velan por la seguridad del Papa Francisco se organizan para no perderse los partidos de la Copa Mundial de Fútbol que se juega en Brasil.
En el corazón de los cuarteles del ejército más antiguo y más pequeño del mundo hay una pantalla gigante que permite a los "soldados del Papa" ver a su selección y los demás contrincantes en sus horas de descanso.
La Guardia Suiza creó un ambiente agradable para seguir los partidos de la Copa del Mundo: además de la pantalla gigante, ubicada frente a la entrada del comedor, cubrieron el piso del patio con un césped verde. De las paredes colgaron las banderas de algunos de los países competidores, y con pequeñas banderas suizas, alientan a su selección cada vez que sale a la cancha.
Los uniformados se encuentran para ver los partidos según las horas de descanso que coinciden con los partidos. En ese rato libre, comparten una gaseosa o una cerveza.
Si bien resta la última fecha de la fase de grupos, muchos especulan con un posible enfrentamiento en octavos de final entre la selección argentina, asociada inmediatamente al Papa Francisco, y el conjunto suizo, por quienes simpatizan los guardias. De darse tal encuentro, ¿habrá bromas del pontífice a los guardias, o viceversa?
La Guardia Suiza garantiza la protección del Santo Padre, el control de las entradas del Palacio Apostólico Vaticano y la residencia Santa Marta, donde vive Francisco. El ejército se compone de cerca de 110 hombres, todos católicos y ciudadanos suizos.