El presidente de la Comisión Internacional de Justicia y Paz de la Conferencia de Obispos Católicos de Estados Unidos (USCCB), Mons. Richard E. Pates, urgió al Gobierno de Barack Obama a proveer asistencia humanitaria a la población de Irak, junto a medidas diplomáticas, ante la crisis que ha generado el avance del yihadista Estado Islámico de Irak y del Levante (Siria).
"Nuestra nación carga una responsabilidad especial hacia la población iraquí. Lo que la invasión y ocupación por parte de EEUU desató fueron conflictos sectarios y extremismo en Irak, dos trágicas consecuencias involuntarias que han profundizado y continuado las repercusiones para la población", expresó el Prelado en una carta enviada el 19 de junio a la Consejera de Seguridad Nacional, Susan E. Rice.
En su carta, Mons. Pates también dijo que la administración Obama debe urgir a los líderes políticos iraquíes a formar un gobierno inclusivo.
Durante el régimen laico de Sadam Hussein -de la minoría sunita-, la mayoría chiíta y la minoría kurda se sintieron desplazados y sufrieron la represión de la dictadura. Sin embargo, tras la caída del régimen y el retiro de las tropas estadounidenses en 2011, el primer ministro Nuri al Maliki –chiíta-, no cumplió con su promesa de formar un gobierno que incluyera a todas las etnias de Irak.
Esto ha provocado que los sunitas, al sentirse desplazados, se unan a los milicianos yihadistas que quieren crear un estado islámico en los territorios de Siria e Irak; mientras que la etnia kurda también ha anunciado su intención de crear el Kurdistán.
"Durante mucho tiempo, grandes sectores de la sociedad iraquí se han sentido marginados. Es fundamental que todos los grupos étnicos y religiosos estén representados en la mesa de gobernabilidad y así se sirva al bien común de todos". "Los extremistas han explotado las divisiones nacidas de la exclusión y del debilitamiento del estado de derecho", expresó el Prelado.