VATICANO,
Al presidir hoy el rezo del Ángelus, el Papa Francisco alentó a los miles de fieles y peregrinos que colmaron la Plaza de San Pedro a amar incluso a aquellos que no nos aman, y oponernos al mal con el bien y el perdón.
El Santo Padre recordó que hoy "en Italia y en muchos otros países se celebra este domingo la fiesta del Cuerpo y la Sangre de Cristo -se utiliza a menudo el nombre latino: Corpus Domini, o Corpus Christi. La comunidad eclesial se reúne en torno a la Eucaristía para adorar el tesoro más precioso que Jesús le ha dejado".
"El Evangelio de Juan presenta el discurso sobre el 'pan de vida', impartido por Jesús en la sinagoga de Cafarnaúm, en la que afirmó: 'Yo soy el pan vivo bajado del cielo. El que coma de este pan vivirá eternamente, y el pan que yo daré es mi carne para la Vida del mundo'".
Francisco dijo que "Jesús señala que no vino a este mundo para dar algo, sino para darse a sí mismo, para dar su vida como alimento para los que tienen fe en Él. Esta comunión nuestra con el Señor nos compromete a nosotros, sus discípulos, a imitarlo, haciendo de nuestra existencia, de nuestros comportamientos, pan partido para los demás, como el Maestro partió el pan que es realmente su carne".
"Para nosotros, en cambio, son los comportamientos generosos con el prójimo que demuestran la postura de partir la vida por los demás".
El Papa señaló que "cada vez que participamos en la Misa y nos alimentamos con el Cuerpo de Cristo, la presencia de Jesús y del Espíritu Santo obra en nosotros, da forma a nuestro corazón, nos comunica actitudes internas que se traducen en comportamientos de acuerdo con el Evangelio. En primer lugar, la docilidad a la Palabra de Dios, después la hermandad entre nosotros, el valor del testimonio cristiano, la fantasía de la caridad, la capacidad de dar esperanza a los desesperados, de acoger a los excluidos".