VATICANO,
El Prefecto de la Congregación para las Iglesias Orientales, Cardenal Leonardo Sandri, llamó por teléfono al Arzobispo Caldeo de Mosul (Irak), Mons. Mons. Emil Shimoun Nona, para expresar la disposición del Vaticano para lo que necesiten y así ayudar a los cristianos y musulmanes que se han refugiado en iglesias y escuelas católicas para protegerse de los yihadistas del Estado islámico de Irak y del Levante.
Hace dos días, los fundamentalistas del Estado islámico de Irak y del Levante –vinculados a Al Qaeda-, tomaron Mosul, la segunda ciudad más importante del país e iniciaron su avance sobre Bagdad. El portavoz de derechos humanos de la ONU, Rupert Colville, dijo que cientos de civiles murieron en los últimos días durante esta ofensiva e incluso le han informado de ejecuciones sumarias de soldados iraquíes en Mosul.
Según informó Radio Vaticana, el Cardenal Sandri le ha expresado su especial cercanía a Su Beatitud Luis Sako, Patriarca de Babilonia de los Caldeos, que en varias ocasiones tras su elección ha sostenido el diálogo y la reconciliación nacional; así como a "los arzobispos caldeo y siro-católico de Mosul, Mons. Nona y Mons. Moshe", quienes se han quedado al lado de cristianos y musulmanes obligados a huir de sus hogares y de sus propias ciudades, en busca de la supervivencia.
"En la tierra de Abraham, que se puso en camino siguiendo la promesa de Dios, se asiste al enésimo éxodo de cientos de miles de hombres, mujeres y niños, que ven como queda anulada para ellos también la promesa de la estabilidad y de la vida", expresó.
Por su parte, Mons. Nona expresó a Ayuda a la Iglesia Necesitada (AIN), su preocupación por los yihadistas, que anunciaron la imposición de la sharia (ley islámica) en los territorios que están ocupando. "Nunca hemos visto nada como esto (...) No es fácil tras tantos años de sufrimiento, pero los cristianos iraquíes estamos firmes en la fe", señaló el Prelado.
Mons. Nona explicó que los enfrentamientos comenzaron el jueves 5 de junio, pero se limitaron inicialmente a ciertas zonas de la parte occidental de la ciudad. "Más de la mitad de los habitantes y toda la comunidad cristiana huyeron inmediatamente a la cercana llanura de Nínive", indicó.