NAVARRA,
Estudios demuestran que en los países donde existen leyes que prohíben la prostitución, hasta el 90 por ciento de las mujeres afectadas ha logrado dejar esta actividad gracias a las ayudas promovidas por las autoridades.
Así lo revela un informe técnico elaborado por expertos del proyecto 'Educación de la afectividad y de la sexualidad humana' del Instituto Cultura y Sociedad (ICS) de la Universidad de Navarra (España).
El trabajo indica que naciones como Suecia "criminalizan al que paga el 'servicio', no a las personas que entregan 'su cuerpo'", como parte del plan de actuaciones "de prevención de la violencia contra la mujer", con el objetivo de ayudar a que más personas puedan abandonar la prostitución. Y, frente a lo que en ocasiones se argumenta, estas medidas "reducen la prostitución callejera notablemente y no provocan aumentos de violaciones ni de violencia contra la mujer".
El documento también se refiere a la situación en países que han legalizado la prostitución, como Alemania, que lo hizo en 2002: "Las 'trabajadoras sexuales' pueden cobrar pensiones al jubilarse porque cotizan a la seguridad social. Sin embargo, no se ha logrado disminuir los casos de explotación sexual o de tráfico de personas y tampoco han mejorado las condiciones laborales o de higiene de estas 'trabajadoras'".
"Las leyes que prohíben la prostitución buscan garantizar la igualdad, proteger a mujeres y menores de edad y prevenir abusos graves de derechos humanos", recuerdan los autores. "En muchas circunstancias –continúan- no parece razonable pensar que 'un cliente' pueda tener la seguridad total de estar ante una persona mayor de edad o que esta ofrece sus servicios sin coacciones. Distinguir entre la compra de un servicio sexual exento de cualquier violencia y un abuso sexual en toda regla es complicado en la práctica, donde el que paga no va más allá de la transacción sexual por la que ha entregado su dinero".
Plantear medidas en un contexto internacional y global