VATICANO,
Al recibir hoy a alrededor de 500 menores en riesgo de abandono escolar de la ciudad de Nápoles (Italia), que forman parte de la iniciativa "El Tren de los Niños", el Papa Francisco les recordó que "el amor de Dios está dentro de nosotros", nunca nos deja y nos permite hacer un mundo mejor.
"El Tren de los Niños" es una iniciativa del Pontificio Consejo para la Cultura, parte del "Atrio de los niños" –proyecto similar al "Atrio de los Gentiles–, y cuenta con el apoyo de los Ferrocarriles del Estado italiano y de la Dirección general para el estudiante, con la participación del Ministerio de educación, de la Universidad y de la Investigación.
El Santo Padre recibió como presentes de los niños tierra de las Catacumbas de San Genaro, de Nápoles, y una planta, que le entregó un niño que le aseguró que es "la planta de la luz para hacer un mundo mejor".
En su encuentro con los niños, Francisco no realizó un discurso oficial, sino que entabló un diálogo con ellos.
El Papa luego les preguntó a los niños para qué le habían llevado la tierra de la catacumba, que se encuentra en la oscuridad, hasta allá, a lo que los menores contestaron "para que se ilumine".
"Cuando es de noche, todo está oscuro. Pero esperamos a la primera mañana, cuando comienza la luz. ¿Qué cosa es más importante en esta cuestión, la oscuridad o la luz?", preguntó el Papa a los niños, a lo que respondieron "¡la luz!".