MÉXICO D.F.,
Mediante decreto y en una Carta Pastoral dada a conocer durante las Misas en todos los templos de la diócesis de Parral, estado mexicano de Chihuahua, el Obispo Eduardo Carmona Ortega, ordenó la supresión, disolución y extinción de las asociaciones públicas de fieles "Misioneros de Cristo Sacerdote" y "Hermanas Misioneras de la Restitución", dedicadas a promover a la Virgen del Rosario del Pozo, procedente de Puerto Rico.
Los "Misioneros de Cristo Sacerdote" y "Hermanas Misioneras de la Restitución", solicitaron por escrito la revocación del decreto de su disolución y, ante la "corroboración" del mismo "me advirtieron que ya han recurrido a Roma para defenderse. Quiera Dios podamos tener una palabra definitiva sobre este asunto", señala Mons. Carmona Ortega.
Según informa el SIAME, el decreto del Obispo establece que los clérigos deberán integrase "inmediatamente" a la diócesis de Parral a la que están incardinados, mientras que a las hermanas las exhorta a que si "verdaderamente Dios las llama a consagrarse a Él", busquen una congregación religiosa que las quiera acoger.
La medida del Prelado se basa en los reiterados dictámenes emitidos por la Conferencia Episcopal Puertorriqueña y de la Congregación para la Doctrina de la Fe en los que se establece –después de realizar amplios y profundos estudios–, que las apariciones de la Virgen del Rosario en el barrio Rincón, sector El Pozo de Sabana Grande, Puerto Rico, desde 1953, "No constan de carácter sobrenatural".
En el decreto emitido con fecha del 4 de abril, Mons. Carmona Ortega señala que la determinación de cancelar dichas asociaciones públicas de fieles se tomó en vista de su "reiterada obstinación" de continuar propagando esa devoción, a pesar de las amonestaciones hechas por las autoridades competentes, incumpliendo así sus promesas.
Destaca además que su diagnostico después de año y medio como Obispo de Parral, es que por su devoción a la Virgen del Pozo, los "Misioneros de Cristo Sacerdote" y "Hermanas Misioneras de la restitución", han generado "confusión, angustia en las conciencias, malestar y aun división, en fieles diocesanos. Asimismo, el desacuerdo de todo el clero diocesano".