Sam Schmid es un joven de 23 años a quien recientemente le han dado de alta, ahora juega baloncesto y estudia en la universidad; sin embargo, en 2011, cuando regresaba de su escuela católica, un accidente automovilístico lo hizo entrar en coma. Con el paso del tiempo, al considerarlo con muerte cerebral, los doctores hablaron con sus padres para desconectarlo y donar sus órganos, pero inesperadamente el joven movió dos dedos e inició una recuperación "realmente extraordinaria".
Según indicó ABC News, el accidente del 19 de octubre de 2011 no solo le había dejado a Sam los dos fémures y la mano izquierda fracturados, sino sobre todo serias lesiones cerebrales que casi siempre son fatales.
Los daños en el cerebro eran tan severos que el hospital local no podía tratarlo, por lo que fue trasladado hacia Barrow, al Centro Médico San José en Phoenix, donde los especialistas realizaron una cirugía de aneurisma potencialmente mortal.
El joven no respondía y los médicos abordaron con la familia el tema de la donación de órganos. Esto ocurrió hace dos años. En ese momento, Sam comenzó a responder, levantando dos dedos.
Sin embargo, el severo daño cerebral hacía a los médicos dudar de si el joven podría volver a caminar, retomar sus estudios o incluso hablar.
Instalado en el Centro Transitorio de Neuro Rehabilitación, del Instituto Neurológico Barrow, Sam Schmid fue tratado por el equipo de terapia física, ocupacional y del lenguaje liderado por neuropsicóloga Kristi Husk, quienes trabajaron cerca de 40 horas a la semana con el joven durante los últimos dos años.