Violenta irrupción de autoridades de Guatemala en 22 centros de ayuda a embarazadas

A Joaquina del Carmen no se le permitió siquiera hospitalizarse, y durmió en el piso durante dos días y dos noches, y se permitió que los medios de comunicación locales difundieran fotos e informaciones tratándola como delincuente ya juzgada.

Además, las autoridades allanaron la oficina del Obispo de Escuintla, Mons. Víctor Hugo Palma. Del lugar se llevaron papeles, teléfonos e hicieron diversos destrozos.

El Dr. Jorge Serrano Limón, fundador de la Red Latinoamericana de Centros de Ayuda para la Mujer, junto a la Directora Ejecutiva de esta organización, María Lourdes Delgado de Morales, emitieron una carta para respaldar ante las instancias que corresponda a las organizaciones y líderes pro-vida afectados por las autoridades de Guatemala.

"Por medio de la presente, hacemos constar que las asociaciones DEVIFAM (Defensa de la Vida y la Familia) en Quetzaltenango, SALVI ( Sí a la Vida) en Ciudad de Guatemala, Sangre de Cristo, en Ciudad de Guatemala, CAM Esquintla, APROVI (Asociación por el Derecho a Vivir) en ciudad de Guatemala y ANA (Asociación No al Aborto) en Ciudad de Guatemala, están afiliadas a la Red Latinoamericana de Centros de Ayuda para la Mujer", aseguraron en su carta.

El objetivo de estas organizaciones, indicaron Serrano Limón y Delgado de Morales es "ayudar a la mujer embarazada, para que después de brindarle orientación y apoyo verdadero, desista de la idea de abortar, salvaguardando su integridad física y emocional, así como la del bebé que lleva en su vientre".

"Somos instituciones que condenamos la trata, el aborto y todo tipo de delincuencia y violencia contra la dignidad del ser humano. Siempre hemos actuado y actuaremos apegados a la ley", aseguraron.

Por su parte, el Arzobispo de Los Altos, Quetzaltenango – Totonicapán (Guatemala), Mons. Mario Alberto Molina, certificó en una carta que bendijo "el Centro de Atención a la Mujer" de la ciudad de Quetzaltenango "porque estaba convencido de que la obra que allí se realizaría estaría encaminada a la defensa de la vida no nacida".

Mons. Molina subrayó que "la tarea de acompañar a mujeres embarazadas para animarlas y motivarlas a proteger y defender a la persona que están gestando en su seno es un acto de contribución a la defensa de la ley constitucional, es un aporte al bien común por promover un derecho humano básico, es un acto de obediencia a Dios que nos manda respetar la vida humana desde su concepción".