ROMA,
Norma Romero Vázquez, compartió con ACI Prensa su historia con "Las Patronas", un grupo de 14 campesinas católicas que cada día asisten a decenas de inmigrantes que atraviesan México a bordo de un tren de carga.
El tren es conocido como La Bestia y junto a la carga, transporta como polizones desde el sur de México a miles de centroamericanos hacia los Estados Unidos en un viaje en el que muchos pierden la vida.
Desde el simposio celebrado el 13 de mayo en la Pontificia Universidad Gregoriana de Roma sobre "El compromiso social como esperanza de fe", Romero explicó la realidad de estos inmigrantes que cada día atraviesan el pueblo en el que vive: La Patrona, Veracruz, municipio de Amatlán de los Reyes, a unos 20 minutos de Córdoba en México.
Desde 1995, cada vez que este grupo de mujeres –a las que llaman las patronas- ven pasar el tren en marcha entre sus campos, lanzan a los inmigrantes bolsas de plástico repletas de comida y botellas de agua para paliar el hambre y la sed que viven por días.
Muchos inmigrantes escapan de las mafias, de una vida precaria y llena de violencia. Viajan sin pasaporte porque posiblemente se los robaron con la esperanza de poder vivir dignamente y en paz. Muchos proceden de países de Centroamérica –como Honduras, El Salvador, Guatemala-, y llegan a pasar varios días escondidos en el tren sin probar alimento alguno. El objetivo es cruzar la frontera mexicana y llegar a Estados Unidos.
Con lágrimas en los ojos, Norma señala que en ocasiones no le alcanza la comida para alimentar a todos, pero siempre recuerda las palabras de joven inmigrante al que asistieron en sus últimos minutos de vida, después de ser arrollado por el tren: "Me voy con la esperanza de que en este mundo todavía queda gente buena en el camino".