VATICANO,
El Papa Francisco recibió hoy en audiencia a los miembros de la Fundación Centesimus Annus-Pro Pontifice, a los que les habló sobre los desafíos que encuentran, a la luz de la Doctrina Social de la Iglesia, en los tiempos de crisis económica en el mundo, y les agradeció por "trabajar sobre el valor de la solidaridad".
El Santo Padre indicó que "en particular, se recomienda al empresario cristiano conjugar siempre el Evangelio con la realidad en la que opera; y el Evangelio le pide poner en primer lugar a la persona humana y al bien común, hacer todo lo posible para asegurarse de que haya oportunidades de trabajo, y de trabajo digno".
"Por supuesto, esta 'empresa' no se puede hacer de manera aislada, sino en colaboración con otras personas que comparten la base ética y tratando de ampliar lo más posible estas redes".
Francisco lamentó que "en el sistema económico actual - y en el modo de pensar que genera - la palabra 'solidaridad' se ha convertido en un inconveniente, incluso molesto".
"La crisis de los últimos años, que tiene causas profundas de orden ético, ha incrementado esta 'alergia' a palabras como solidaridad, distribución equitativa de los bienes, prioridad del trabajo... y la razón es que no se puede -o no se quiere - estudiar realmente cómo estos valores éticos pueden concretarse en valores económicos, es decir, pueden provocar dinámicas virtuosas en la producción, en el trabajo, en el comercio, en las mismas finanzas".
El Papa destacó que la comunidad cristiana, -la parroquia, la diócesis, las asociaciones - es de donde el empresario, y también el político, el sindicalista, los profesionales, sacan la savia para alimentar su compromiso y reflexionan con los hermanos.