VATICANO,
El Papa Francisco recibió en visita ad limina a los obispos de Eritrea y Etiopía, a quienes agradeció la labor que realizan para aliviar el sufrimiento de sus pueblos, e instó a continuar con la preparación de "laicos cualificados para ayudar en la formación de los fieles" y así contribuyan con la evangelización.
En su discurso, el Santo Padre recordó que la evangelización no está reservada únicamente a los religiosos y clérigos, sino que también es competencia de todos los fieles cristianos y por ello "es importante continuar identificando y preparando responsables laicos cualificados para ayudar en la formación de los fieles y así hacer presente la fragancia de la cercanía de Cristo y de su mirada personal".
Francisco dijo que si bien estos obispos pertenecen a diferentes países y a diferentes ritos, "su misión al servicio de Cristo y su Iglesia, es la misma: anunciar el Evangelio y edificar a los fieles en la santidad, la unidad y la caridad. Cuando esa misión se ejerce en colaboración y apoyo mutuo, la Iglesia, unida en el Espíritu, respira con los dos pulmones de Oriente y Occidente y se incendia con el amor a Cristo".
El Pontífice dijo que hoy hace falta el espíritu de los primeros misioneros para anunciar a Cristo "a toda la sociedad, no sólo a aquellos que no lo conocen, sino también a los fieles, para que puedan escuchar una vez más la frescura del Evangelio y ser alentados a buscar siempre nuevas y creativas maneras de vivir y celebrar su fe".
Asimismo, los animó a ser ''padres buenos y generosos con sus sacerdotes, prestar atención a sus necesidades humanas y espirituales, y a su formación permanente en el sacerdocio''. ''Sin embargo, para que sean mensajeros santos y eficaces del Evangelio es esencial que ellos mismos puedan ser evangelizados. Esto debe llevarse a cabo por primera vez en el seminario a través de una formación humana integral, espiritual, intelectual y pastoral''.
Francisco recordó la labor de los religiosos y religiosas que durante generaciones han colaborado en la construcción de ambos países, "reflejando así el rostro misericordioso de Cristo, y ayudando a vuestras Iglesias a vivir el Evangelio".