VATICANO,
El Papa Francisco recibió este viernes al Secretario General de la ONU, Ban Ki-moon, y a los jefes de los organismos, fondos y programas de este organismo; y los invitó a seguir el ejemplo del publicano Zaqueo -que tras su encuentro con Cristo tuvo una apertura generosa a los demás-, y preguntarse si sus acciones políticas y económicas están guiadas por el espíritu de solidaridad hacia los más necesitados.
"Quisiera recordarles un episodio de hace 2000 años contado por el Evangelio de san Lucas: el encuentro de Jesucristo con el rico publicano Zaqueo, que tomó una decisión radical de condivisión y de justicia cuando su conciencia fue despertada por la mirada de Jesús. Este es el espíritu que debería estar en el origen y en el fin de toda acción política y económica".
"La mirada, muchas veces sin voz, de esa parte de la humanidad descartada, dejada atrás, tiene que remover la conciencia de los operadores políticos y económicos y llevarles a decisiones magnánimas y valientes, que tengan resultados inmediatos, como aquella decisión de Zaqueo. ¿Guía este espíritu de solidaridad y condivisión todos nuestros pensamientos y acciones? Me pregunto", expresó el Papa en la Sala del Consistorio.
El Santo Padre agradeció los esfuerzos de la ONU "por la paz mundial y por el respeto de la dignidad humana", así como "los resultados de los Objetivos de Desarrollo del Milenio, especialmente en términos de educación y disminución de la pobreza extrema (…), pero no se debe perder de vista, en el mismo tiempo, que los pueblos merecen y esperan frutos aún mayores".
Por ello, dijo que los futuros Objetivos de Desarrollo Sostenible "deben ser formulados y ejecutados con magnanimidad y valentía, de modo que efectivamente lleguen a incidir sobre las causas estructurales de la pobreza y del hambre", cuiden mejor el ambiente, garanticen un trabajo decente y protejan adecuadamente a la familia, "elemento esencial de cualquier desarrollo económico y social sostenibles".
"Se trata, en particular, de desafiar todas las formas de injusticia, oponiéndose a la 'economía de la exclusión', a la 'cultura del descarte' y a la 'cultura de la muerte', que, por desgracia, podrían llegar a convertirse en una mentalidad pasivamente aceptada", expresó.