GINEBRA,
El Arzobispo Silvano Tomasi, jefe de la delegación de la Santa Sede ante las Naciones Unidas en Ginebra presentó el Informe periódico inicial de la Santa Sede ante el Comité sobre la Convención contra la Tortura (CAT) que celebra en esa sede su 52° sesión. En su exhaustivo informe, el Prelado señala que "la Santa Sede se adhirió a la Convención contra la Tortura (CAT), el 22 de junio de 2002 con la intención clara y directa de que esta Convención se aplicase a la Ciudad del Vaticano (SCV) y en calidad de soberana de la Ciudad del Vaticano, la Santa Sede facilitó una importante "Declaración interpretativa" que muestra su acercamiento a la CAT.
En primer lugar, la Declaración Interpretativa elogia a la Convención como un digno instrumento para la defensa contra los actos de tortura cuando dice: "la Santa Sede considera que la Convención contra la Tortura y Otros Tratos o Penas Crueles, Inhumanos o Degradantes es un instrumento válido y adecuado para luchar contra los actos que constituyen un delito grave contra la dignidad de la persona humana. En este sentido, de hecho, la Santa Sede quiso expresar la armonía de sus propios principios y su visión de la persona humana con esos ideales y prácticas establecidas en la Convención contra la Tortura".
"La Declaración Interpretativa insiste en que 'la Santa Sede, adhiriéndose a la Convención en nombre del Estado de la Ciudad del Vaticano, se obligaba a aplicarla en la medida en que sea compatible, en la práctica, con la peculiar naturaleza de ese Estado". Por lo tanto, en lo que respecta a la aplicación de la Convención y a cualquier examen, preguntas o críticas o a la ejecución de la misma, la Santa Sede tiene la intención de centrarse exclusivamente en la Ciudad del Vaticano, el respeto de la soberanía internacional de ese Estado y la legítima y específica autoridad de la Convención y del Comité de competencia para examinar los informes del Estado".
"La Santa Sede, como miembro de la comunidad internacional, está relacionada pero separada y distinta del territorio del Estado de la Ciudad del Vaticano, sobre el cual ejerce soberanía. Su personalidad internacional nunca se ha confundido con los territorios sobre los que se ha ejercido la soberanía del Estado. En su forma actual, el Estado de la Ciudad del Vaticano fue fundado en 1929 para garantizar más eficazmente la misión espiritual y moral de la Santa Sede. Por lo tanto, las referencias coloquiales a la Santa Sede como el "Vaticano" pueden ser engañosas".
En este sentido, indica, "la Santa Sede, como ya se mencionó, fomenta a nivel mundial los principios básicos y los auténticos derechos humanos reconocidos en la CAT, mientras implementa su aplicación en el territorio del Estado de la Ciudad del Vaticano en armonía con la Declaración Interpretativa".
Después de haber presentado algunos de los puntos esenciales que deben orientar y presidir la discusión, el arzobispo da una panorámica del informe inicial que la Santa Sede presentó ante la Comisión en diciembre de 2012.