MADRID,
El Arzobispo de Oviedo (España), Mons. Jesús Sanz Montes, afirmó en su carta pastoral semanal "Testigos de la fe: Juan XXIII y Juan Pablo II", que la reciente canonización de estos dos Papas hace cercana la santidad, pues "no se trata de santos de hace siglos y de tierras lejanas, sino de quienes siendo de nuestro tiempo han acompañado nuestras andanzas".
Mons. Sanz también precisó en su carta pastoral que la alegría pascual se concreta en la canonización de Juan XXIII y Juan Pablo II. "Un motivo de inmensa gratitud porque hace que la santidad nos resulte tan cercana que viene a ser contemporánea", dijo al recordar que Juan XXIII cuando, era cardenal, y Juan Pablo II durante su pontificado, visitaron Asturias.
Destacó que "Juan XXIII es conocido por su bondad llena de simpatía, que hizo amable el rostro de Dios por el testimonio que de Él daba". "La Iglesia le encomendó algunas Nunciaturas en países complejos, hostiles, pero en donde aquel Don Angelo Roncalli tenía una palabra que decir, una caricia que brindar, y mucha gracia de Dios que repartir", ha recordado el Obispo de Oviedo.
Precisó que el que después sería San Juan XXIII fue "un pastor que olía a Cristo Buen Pastor, con su bondad, su gracejo y el don de anunciar a Jesús a todos sus hermanos". Cuando fue elegido Papa dirigió la Iglesia, "con una mirada ancha, dilatada. Y contra todo pronóstico convocó el Concilio Vaticano II".
Esto, recordó, fue una respuesta de la Iglesia que "tiene que salir a la palestra para inyectar la savia evangélica en las venas de la historia". Aseguró que Juan XXIII así lo hizo, "aunque no tuvo tiempo de clausurar lo que él inspiradamente puso en marcha. Pero dejó claro su mensaje, hizo fielmente su misión, trabajando por la paz en la tierra, como reza su encíclica Pacem in terris".
Sobre Juan Pablo II, Mons. Sanz dijo que "siendo joven aún le hicieron Papa en un momento también complicado y sórdido para la Iglesia", y recordó las palabras del Evangelio que el ahora San Juan Pablo II repitió en su primera misa en San Pedro: "No tengáis miedo".