VATICANO,
Diego Poole es el payaso que con su divertida actuación hizo reír a Juan Pablo II hasta en seis ocasiones. Este fin de semana llegó a Roma para asistir con miles de personas de todo el mundo a la canonización del Pontífice.
"He venido a la ceremonia de canonización con amigos y familiares para rezar ante la tumba de Juan Pablo II. Para mí es un día de fiesta grandísimo para la Iglesia y para toda la humanidad, porque Juan Pablo II es uno de los personajes que más ha influido en la historia del siglo XX y posiblemente también del siglo XXI", explicó Poole desde la Plaza de San Pedro en declaraciones a ACI Prensa horas antes de la canonización de los Beato Juan Pablo II y Juan XXIII.
"No hay imágenes grabadas del Papa riéndose tanto y gracias a eso tenemos ya la imagen para siempre de un Papa que era profundamente humano, muy alegre, y muy simpático… Para mí ser sencillamente el que ha provocado la sonrisa del Papa y haber conseguido que esa sonrisa la haya podido ver todo el mundo, es emocionante, pero lo bonito de ver es la sonrisa del Papa, no a mí", refirió.
Poole, de nacionalidad española, hizo su primera actuación para el Beato Juan Pablo II cuando tenía 19 años de edad, y la última vez que le arrancó una sonrisa al Papa fue a los 27.
Sus actuaciones siempre se realizaron en encuentros del Santo Padre con los jóvenes universitarios del UNIV, quienes cada año llegaban a Roma para participar en un congreso internacional.
Según Poole, "había una relación directa entre la inocencia de un niño y la del Papa. El Papa se reía igual que los niños, de hecho venía con algunos niños camino a Roma y se han reído con algunos números míos tanto como lo hizo el Papa Juan Pablo II en su época. Verdaderamente Juan Pablo II tenía la inocencia de un niño".