VATICANO,
Durante la Misa celebrada ayer en la Casa Santa Marta, el Papa Francisco exhortó a los católicos a no ser "cristianos murciélagos", que prefieren las sombras a la luz de la presencia de Cristo y por tanto tienen miedo a la alegría de la Resurrección del Señor y de su cercanía.
"Esta es una enfermedad de los cristianos. Tenemos miedo de la alegría. Es mejor pensar: 'Sí, sí, Dios existe, pero está allá; Jesús ha resucitado, está allá'. Un poco de distancia. Tenemos miedo de la cercanía de Jesús, porque esto nos da alegría. Y así se explica la existencia de tantos cristianos de funeral, ¿no? Que su vida parece un funeral continuo", expresó el Papa al recordar el pasaje evangélico en que los apóstoles se quedan "trastornados y llenos de temor" ante el saludo de paz del Señor.
En vez de alegrarse, indicó Francisco, piensan "que veían un fantasma", por lo que Jesús trata de hacerles entender que lo que ven es real, los invita a tocar su cuerpo, y pide que le den de comer. Los quiere conducir a la "alegría de la Resurrección, a la alegría de su presencia entre ellos". Pero los discípulos "no podían creer, porque tenían miedo de la alegría".
En ese sentido, el Papa advirtió que hay cristianos que "prefieren la tristeza y no la alegría. Se mueven mejor, no en la luz de la alegría, sino en las sombras, como esos animales que sólo logran salir de noche, pero no a la luz del día, porque no ven nada. Como los murciélagos. Y con un poco de sentido del humor podemos decir que hay cristianos murciélagos que prefieren las sombras a la luz de la presencia del Señor".
"Jesús, con su Resurrección nos da la alegría: la alegría de ser cristianos; la alegría de seguirlo de cerca; la alegría de ir por el camino de las Bienaventuranzas, la alegría de estar con Él", afirmó Francisco, que alentó a confiar en la cercanía del Señor, pues "la vida cristiana debe ser esto: un diálogo con Jesús, porque – esto es verdad – Jesús siempre está con nosotros, siempre está con nuestros problemas, con nuestras dificultades, con nuestras obras buenas".
Por ello, llamó a no ser cristianos que "han sido vencidos" en la cruz.