ROMA,
En 1966, Dios escuchó las plegarias de Sor Adele Labianca, una religiosa Hija de la Caridad, que pidió un milagro por intercesión del Papa Juan XXIII fallecido tres años atrás.
El milagro ocurrió el 25 de mayo de 1966. Sor Caterina Capitani, una religiosa a la que le diagnosticaron una perforación gástrica hemorrágica con fistulación externa y peritonitis aguda, se encontraba al borde de la muerte. Por ella, Sor Adele había rezado en diversas ocasiones al Papa Juan.
Sor Adele está en Roma para asistir a la canonización de quien ayudó a salvar la vida de su hermana.
Según explicó la religiosa en una conferencia celebrada en la Oficina de Prensa de la Santa Sede, Sor Caterina narró que tuvo una visión con el Papa Juan XXIII quien le dijo que la oración de Sor Adele había sido tan fuerte, que le habían sacado el milagro del corazón.
"Sor Caterina me has rezado, y también otras muchas religiosas. Pero especialmente una de ellas –Sor Adele-. Este milagro me lo habéis sacado del corazón. Ahora todo ha pasado y te has curado", escuchó Sor Caterina.
Sor Caterina solo tenía 23 años cuando ocurrió la sanación milagrosa. El Papa Juan había muerto y era tradición rezar el Rosario en su nombre. Pero las cosas empeoraron, una noche tuvo una fiebre muy alta y fue enviada en ambulancia al hospital. "Estaba llena de dolor y moribunda y llegó a pedir el Sacramento de la Unción de Enfermos. Ahora le tocaba confiar en la providencia divina".