MADRID,
Este domingo se celebra en Roma la canonización de dos los Papas Juan XXIII y Juan Pablo II. Pero, ¿cómo es el proceso para que la Iglesia Católica declare santa a una persona?
Declarar a una persona santa es un proceso largo que suele prolongarse durante años y que comienza en la diócesis del candidato a santo, cuando el obispo diocesano y el Postulador de la Causa presentan un informe sobre su vida y virtudes.
La Santa Sede, por medio de la Congregación para las Causas de los Santos, examina el informe, dicta el decreto 'Nihil obstat' –que indica que nada impide iniciar la Causa– y el candidato pasa a ser Siervo de Dios.
La siguiente fase es la declaración de Venerable, para lo cual, una comisión jurídica designada por el obispo diocesano recibe los testimonios de las personas que conocieron al Siervo de Dios y una comisión de censores teólogos analiza la ortodoxia de sus escritos.
El Relator de la Causa nombrado por la Congregación para las Causas de los Santos, elabora el documento denominado 'Positio' en el que se incluyen los testimonios de los testigos, los principales aspectos de su vida, virtudes y escritos.
Este documento, una vez impreso, es discutido por una Comisión de Teólogos consultores nombrados por la Congregación para las Causas de los Santos.