Obispos españoles instan a votar en elecciones al Parlamento Europeo

Los obispos también llamaron a los candidatos a ser "conscientes de los daños colaterales de la crisis económica y bancaria que comenzó en 2008" y no olvidar "a aquellos que han sido empujados a la pobreza por la reciente crisis", pues el número de "nuevos pobres" está creciendo a un ritmo alarmante.

Los prelados recordaron que "el mensaje cristiano es de esperanza" y que  "el proyecto europeo está inspirado en una visión noble de la humanidad", por lo que los invitaron a dejar de lado los intereses particulares para buscar el bien común.

Asimismo, indicaron que "una cultura de la moderación debe ser la fuente de inspiración de la economía social de mercado y de la política medioambiental", algo que han resumido en "aprender a vivir con menos" e intentar hacer lo posible para que los que viven en una pobreza real accedan a un reparto más justo de los bienes.

Además también han llamado la atención en su carta sobre algunas áreas específicas de las políticas de la Unión Europea, como "que el progresivo movimiento hacia la unidad en la UE no sacrifique el principio de subsidiariedad".

También pidieron que la solidaridad y el respeto a la dignidad humana gobiernen las políticas en todos los niveles de la UE.

En ese sentido, reiteraron su llamado a proteger la vida humana "desde el momento de la concepción hasta el de la muerte natural". "La familia, como célula básica de la sociedad, debe gozar también de la protección que necesita", recordaron.

Los obispos también abordaron  la creciente inmigración que recibe la UE e indicaron que "la responsabilidad de la recepción e integración de los inmigrantes y solicitantes de asilo debe ser compartida proporcionalmente por los estados miembros". "Es de vital importancia que el tratamiento de los inmigrantes en cada punto de entrada de la UE sea humano, que sus derechos humanos sean respetados escrupulosamente, y que, posteriormente, se haga todo lo posible, también por parte de las Iglesias, para asegurar su integración con éxito en la sociedad de acogida", añadieron.

Además defendieron el derecho a la libertad religiosa como "una característica fundamental de una sociedad tolerante y abierta", que incluye "el derecho a manifestar las propias creencias en público" y expresaron su apoyo a "todas las medidas destinadas a proteger la consideración del domingo como el día común de descanso semanal".

En su carta, los obispos también recordaron el cambio demográfico que Europa experimentará en los próximos cinco y que tendrá un impacto profundo en la vida de la UE. Por ello abogaron en nombre de los ciudadanos mayores para que consigan "el nivel y la calidad en la atención a la que tienen derecho y políticas que creen nuevas oportunidades para los jóvenes".

La Unión Europea se encuentra en un momento decisivo, advirtieron. "La crisis económica, provocada por el colapso bancario de 2008, ha tensado las relaciones entre los estados miembros, ha cuestionado el principio fundamental de la solidaridad en toda la Unión, ha traído consigo el aumento de la pobreza para un gran número de ciudadanos, y ha frustrado las perspectivas de futuro de muchos de nuestros jóvenes. La situación es dramática, y para muchos, incluso trágica".

Ante esta situación, los Obispos pidieron que "el proyecto europeo no se ponga en riesgo ni se abandone por las dificultades de la presente situación"; por eso exhortaron a todas las partes implicadas a contribuir "constructivamente a modelar el futuro de Europa", pues "todos tenemos demasiado que perder si el proyecto europeo descarrila".