Hoy es Sábado Santo y la Iglesia Católica, después de haber conmemorado la Pasión y Muerte del Señor, se prepara para celebrar a Jesús Resucitado. La mayor de esas celebraciones es la Vigilia Pascual.
Según la Enciclopedia Católica, el Sábado Santo marca el final del tiempo “de Cuaresma y penitencia y el principio del tiempo Pascual, que es uno de regocijo”. En ese sentido, estos son los tres grandes significados de esta celebración tan importante:
Sábado Santo: Duelo transformado en esperanza
Las primeras horas del día están marcadas por un espíritu de duelo, que prolonga el ambiente de silencio y meditación de la víspera. Son horas de espera en las que los católicos recuerdan que Jesús fue colocado en el sepulcro y después “descendió a los infiernos”.
Ciertamente son horas de espera, pero no de soledad. La Madre de Dios, María, acompaña a sus hijos en este trance, en el que Dios parece ausente. La Virgen permanece firme al lado de la tumba de su Hijo, fortaleciendo la fe, la confianza y la esperanza de todos sus hijos.