ROMA,
El predicador de la Casa Pontificia, Raniero Cantalamessa, ha reflexionado sobre la actual crisis financiera provocada, a su juicio, por "la codicia de dinero" durante la homilía de Viernes Santo en la Basílica de San Pedro presidida por el Papa Francisco, quien se ha postrado en el suelo en señal de anonadamiento ante Dios.
Así, revestido con una casulla de color rojo que representa a la sangre del martirio, el Papa ha realizado el gesto de la postración frente al Altar de la Confesión de la basílica y ha orado durante algunos minutos. Más tarde, ha sido ayudado a levantarse por dos ceremonieros pontificios, para dar inicio a la celebración que incluye la liturgia de la palabra y la adoración de la Cruz.
Este es el único día del año que no se oficia misa ni se realiza la consagración, que para los católicos es la conversión del pan y el vino en el cuerpo y sangre de Jesucristo.
El Papa ha escuchado con profundo recogimiento la primera lectura, el salmo responsorial y la pasión según San Juan, cantada por tres diáconos, y las tres negaciones de Pedro o la muerte de Jesús.
A continuación, durante la homilía, a cargo del predicador de la Casa Pontificia, Raniero Cantalamessa, se ha reflexionado sobre la "traición" y "el perdón", al tiempo que ha recordado la "trágica historia" de Judas Iscariote, sobre la que la primitiva comunidad cristiana "ha reflexionado mucho".
"Tiene mucho que decirnos", ha detallado Cantalamessa en alusión a este pasaje porque, como ha explicado, Jesús quiere dar la posibilidad a Judas de "dar marcha atrás" y "casi lo protege" hasta el final.