Foto: Víctor Nuñez (CC-BY-2.0)
LA HABANA,
El Obispo de Holguín (Cuba), Mons. Emilio Aranguren Echeverría, exhortó a la población a pedir a Cristo la concordia entre los cubanos y a que los ayude a cargar su Cruz, así como a practicar la misericordia en sus familias y en las relaciones con otras personas.
"Hoy es un día para pedir la concordia entre nosotros, para pedirle a Jesús que cambie nuestro corazón, para pedirle que nos bendiga y nos ayude a cargar nuestra cruz sin dejarnos aplastar por ella, para rogarle a la Virgen de los Dolores, que permaneció firme junto a la cruz de su Hijo, que nos enseñe a saber acompañar a quien sufre y nos de la fuerza para vivir con la esperanza y la certeza de la Resurrección", expresó el Prelado en su mensaje radial con ocasión del Viernes Santo.
En su mensaje, Mons. Aranguren recordó a la población que en la loma de Holguín cuentan con una cruz que puede ser vista cada mañana "al salir hacia el trabajo o hacia los quehaceres", y que "es una invitación continua a recordar el precio de nuestra redención pagado por Jesucristo, quien se entregó y dio la vida para que nosotros tengamos vida verdadera. En todo el territorio de nuestra Diócesis se venera la Santa Cruz, por ejemplo en Uñas, en Floro Pérez y en Gibara donde, año tras año, al igual que en toda la zona de Sagua y Moa se adorna y se canta en los Altares de Cruz".
El Prelado también recordó que los evangelios dan ejemplos de cómo "Jesús acogía a los excluidos, sanaba a los enfermos, perdonaba a los pecadores y tenía palabras de esperanza para todos".
"Nosotros estamos llamados a practicar la misericordia en el seno de nuestra familia, en nuestras relaciones con las personas. Podemos recordar que Dios es bueno con nosotros, que ha dado la vida por amor a nosotros… y podemos imitarlo, mirando a los demás con compasión, teniendo palabras amables, perdonando las ofensas, generando vida allí donde quizás falta la esperanza y las ganas de vivir", afirmó.
Asimismo, pidió rezar por los jóvenes cubanos para que Cristo los conduzca por el camino del bien, y para que su participación en las celebraciones de Viernes Santo, como el Vía Crucis, "no sea una representación de sólo un día, sino que cada día puedan recordar el amor que Dios les tiene".