Piura,
Al presidir la Misa Crismal, el Arzobispo Metropolitano de Piura (Perú), Mons. José Antonio Eguren, alentó a los sacerdotes de su arquidiócesis a que "forjemos siempre nuestro corazón sacerdotal en el Inmaculado y Doloroso Corazón de Santa María".
Mons. José Antonio Eguren exhortó a los presbíteros a que "no nos cansemos de mirar siempre a María. Como hijos verdaderos y predilectos suyos que somos, amémosla con profunda piedad filial, es decir con los sentimientos nobles y puros del Sagrado Corazón de Jesús".
"Sólo así seremos ministros humildes, pobres, obedientes y castos del Señor; viviremos la donación total de nuestras vidas a Cristo y a Su Iglesia, y se hará realidad en nosotros la bella expresión del Salmista: '¡Mirad cuán bueno y cuán delicioso es habitar los hermanos juntos en armonía!'".
Mons. Eguren indicó que "la Misa Crismal es como un anticipo de la gran solemnidad de la Vigilia Pascual, es una celebración peculiar y única en cada diócesis donde el Obispo junto con sus sacerdotes consagra el Crisma y bendice los Óleos de los catecúmenos y de los enfermos".
"Todo el pueblo cristiano es convocado para participar en ella ya que esta Eucaristía revela la dignidad que tienen todos los discípulos del Señor por su santificación bautismal".
El Arzobispo animó también la fraternidad entre sacerdotes, pues de esta "depende que hagamos creíble al Señor Jesús. Ella es capaz de mover montañas de indiferencia y suscitar el don de la fe, con más eficacia que mil palabras y planes pastorales, ya que testimonia a nuestros hermanos humanos que el Señor Jesús es real, que Él es el Camino, la Verdad y la Vida; que el amor es real y que se puede vivir; que el Señor salva y reconcilia".