SANTIAGO,
Tras el incendio que afectó el sábado 12 de abril a los cerros de Valparaíso, son miles los voluntarios que viajaron a la región para remover escombros, trabajar en los albergues, clasificar material de ayuda y asistir a los afectados de la catástrofe.
"Hay una pérdida total en los cerros, pero hay muchos voluntarios, sobre todo jóvenes, que están aportando desde diferentes áreas", comenta Johana Caro, quien desde el lunes se encuentra trabajando en la evaluación de necesidades de las familias afectadas.
Hasta el momento hay 15 muertos, más de 2.900 casas destruidas, y unos 12.500 damnificados que se distribuyen en casas de vecinos y albergues ofrecidos por autoridades de gobierno y la Iglesia.
Johana Caro explica que hay muchos escombros y los voluntarios han armado largas filas para removerlos, clasificando y rescatando lo que aún puede servir. Además, cuenta que "está llegando mucha ayuda" en alimentos, colchonetas, carpas y útiles de aseo.
Añade que el ánimo de los voluntarios es "destacable" y que aquellos que no están trabajando en el área de los escombros, están cuidando a los niños, haciendo juegos con ellos, hablando con la gente, haciendo letreros con mensajes de ánimo para la gente, entre otras actividades. "Todos se mueven con algo", dice.
El Obispado de Valparaíso informó a través del sitio web de la Conferencia Episcopal Chilena que aún necesitan kits de alimentos y útiles de aseo, y solicitan que en la medida de lo posible, estos sean preparados en las diferentes comunidades eclesiales para luego ser enviados a los centros de acopio del Obispado de Valparaíso y el colegios San Pedro Nolasco de Valparaíso.