BUENOS AIRES,
El Obispo de Catamarca (Argentina), Mons. Luis Urbanc, pidió a los fieles católicos que "nos ocupemos, de verdad, con perseverancia y excelencia" en el cuidado de nuestras "cada vez más jóvenes mamás".
En su homilía de Domingo de Ramos, el Prelado argentino resaltó que "el secreto de una saludable vida cristiana radica en ser sencillos como niños y responsables como quien ha madurado en la vida. Si algo debo insistir, es que nos ocupemos de verdad, con perseverancia y excelencia, en el cuidado de nuestras cada vez más jóvenes y numerosas mamás biológicamente idóneas para gestar una vida humana, pero humanamente inmaduras".
"No se trata de condenarlas, sino de ayudarlas para que tomen conciencia de lo que está pasando en sus vidas. Necesitan justipreciar y reflexionar sobre lo sagrado que es la vida que Dios les confía y que para ello también debe acompañarlas con responsabilidad el coartífice de la misma".
Tras señalar que "lamentablemente, hoy se ha transformado en una pandemia la procreación sin la madurez y estabilidad afectiva de sus progenitores", el Obispo dijo que "a los cristianos, tal situación, nos convoca a una creativa, generosa, paciente y cualificada tarea para saber educar a los niños y adolescentes de modo que se preparen virtuosamente a asumir sus actos según los designios divinos, que los conocemos por medio de la Revelación, bajo la segura orientación del Magisterio de la Iglesia".
Aquí, precisó, "no valen las excusas; todos, especialmente los esposos y padres, tenemos que estar preparados para 'saber dar razón de nuestra esperanza a aquellos que nos la pidan', y éstos son en primer lugar los niños y adolescentes".
Luego de recordar que la prioridad en la misión diocesana permanente son los niños y los adolescentes, Mons. Urbanc hizo votos para que en Semana Santala luz de Cristo"brille con más fulgor en lo profundo de nuestras conciencias y corazones, de modo que nos entusiasmemos más por trabajar esta importantísima y delicadísima franja etaria de la especie humana, la que a los cristianos se nos ha confiado como 'don y tarea' irrenunciable e intransferible".