VATICANO,
El Papa Francisco dirigió un discurso a los miembros de la Pontificia Universidad Gregoriana, del Pontificio Instituto Bíblico y del Pontificio Instituto Oriental, donde recalcó que "el fin de los estudios en toda universidad pontificia es eclesial" y que un teólogo que no reza ni adora a Dios se hunde en el narcisismo.
En su discurso, el Santo Padre señaló que en las universidades eclesiásticas "la investigación y el estudio deben integrarse con la vida personal y comunitaria, el compromiso misionero, la caridad fraternal y el compartir con los pobres, la atención por la vida interior y la relación con el Señor".
"No son máquinas para producir teólogos y filósofos: son comunidad en las que se crece y el crecimiento tiene lugar en la familia. La familia universitaria es indispensable para crear una actitud de humanidad y sabiduría concretas".
Explicó que esto hará de los estudiantes "personas capaces de transmitir la verdad en dimensión humana, de saber que si faltan la bondad y la belleza de pertenecer a una familia de trabajo se termina por ser un intelectual sin talento, un cultor de la ética sin bondad, un pensador carente del esplendor de la belleza y solo 'maquillado' de formalismos".
"El contacto respetuoso y cotidiano con la laboriosidad y el testimonio de los hombres y mujeres que trabajan en vuestras instituciones os dará esa cuota de realismo tan necesaria para que vuestra ciencia sea una ciencia humana y no de laboratorio", afirmó.
En otro momento, el Pontífice dijo que los docentes, personal no docente y alumnos de estos centros deben valorizar el lugar en que se encuentran y sobre todo la Iglesia de Roma. "Hay un pasado y un presente. Están las raíces de la fe: las memorias de los apóstoles y de los mártires; y está el 'hoy' eclesial, el camino actual de esta Iglesia que preside en la caridad, en el servicio de la unidad y de la universalidad. No hay que darlo por descontado...Pero al mismo tiempo existe el aporte de la variedad de vuestras Iglesias de procedencia y de vuestras culturas' que 'ofrecen una ocasión inapreciable de crecimiento en la fe y de apertura de la mente y del corazón al horizonte de la catolicidad".