LOS ÁNGELES,
El Arzobispo de Los Ángeles (Estados Unidos), Mons. José Gómez, afirmó que vale la pena luchar en todos los frentes por la paz que trae Cristo, que significa la felicidad con Dios, los hombres y la creación; pero advirtió que esta no será posible si no va acompañada de la verdad, la misericordia y la justicia.
"La paz que Jesús nos da no es la falsa paz de los que aceptan la injusticia por miedo o por evitar problemas o confrontaciones. Su paz es algo por lo cual vale la pena luchar", señaló el Prelado en su última columna publicada en ACI Prensa.
En el artículo, Mons. Gómez reflexionó sobre la Bienaventuranza "Bienaventurados los que trabajan por la paz", que es muy diferente –aclaró-, a "Bienaventurados los que son pacíficos o están en paz".
El Arzobispo de Los Ángeles señaló que Cristo vino a redimir a un mundo lleno de violencia y en guerra, pues "Dios quiere la felicidad y la paz para sus hijos". Sin embargo, recordó que "la paz en la tierra empieza en el corazón humano" y es fruto de la conversión.
"Trabajar por la paz es nuestro deber; es una dimensión vital de nuestra vocación cristiana", añadió el Prelado, quien reiteró el llamado de Jesús a proclamar el amor, la misericordia y el perdón de Dios "en todos los frentes de batalla del corazón humano". "Nos invita a deshacernos de toda envidia y de ambiciones egoístas. Nos llama a hacer todo lo posible para establecer la paz en todas nuestras relaciones", indicó.
En ese sentido, advirtió que la paz de Cristo "no es la paz del mundo. En el Evangelio, Él dijo: 'No piensen que he venido a traer la paz a la tierra. No he venido a traer la paz, sino la guerra'".