SANTIAGO,
El Obispo de Iquique, Mons. Guillermo Vera, agradeció la solidaridad hacia las víctimas del reciente terremoto en Chile y afirmó en una entrevista con ACI Prensa, que "en estos momentos de dolor también surgen signos de luz, de vida, de esperanza y se muestra la nobleza que hay en el ser humano".
El terremoto que se registró el 1 de abril a las 8:46 p.m. hora local, con una intensidad de 8,2 grados Richter, dejó siete personas muertas, entre ellas un niño de seis días que murió de hipotermia. Aún son miles las familias que pasan la noche a la intemperie por las constantes réplicas y riesgos de derrumbe.
"Hoy se está necesitando alimento, todavía no hay agua en varias partes, también ropa de abrigo, Eso es lo más urgente en este momento", explicó el Obispo de Iquique, quien estos días recorre los sectores afectados evaluando daños y haciendo oración.
Según el último catastro del gobierno, más de 1.400 casas serán demolidas por su condición de inhabitabilidad, lo que mantiene a familias viviendo en albergues o campamentos en la calle.
El domingo pasado, Mons. Vera se reunió con personas damnificadas en "instancias de oración a la intemperie, en una cancha de fútbol, en la entrada de un cementerio, en lugares donde la gente va a pasar la noche, porque todavía tienen temor".
"Hay muchas personas angustiadas y por lo mismo quisimos hacer oración con ellos, poder animarlos, poder rezar nuestra fe, cantar juntos, escuchar la Palabra de Dios, y bueno, que esa Palabra sea la que nos dé a todos el consuelo y la esperanza que necesitamos", indicó.