ROMA,
"Su nombre es Alberto Methol Ferré. Es a él en quien se inspira Bergoglio al juzgar al mundo y al confrontar con la nueva cultura dominante: 'el ateísmo libertino'", afirmó el vaticanista Sandro Magister al explicar la fuente filosófica de la que se nutre el Papa Francisco para denunciar este nuevo "opio del pueblo".
En su última columna publicada en L' espresso, Magister recordó el reciente encuentro entre el Santo Padre y el presidente de Estados Unidos, Barack Obama, donde el Papa Francisco "no ha callado sobre lo que divide a la administración estadounidense respecto a la Iglesia de ese país, sobre cuestiones candentes como 'los derechos a la libertad religiosa, a la vida y a la objeción de conciencia'".
El Papa "no ama la confrontación directa y pública con los poderosos del mundo. Deja actuar a los episcopados locales. Pero no le hace sombra al propio disenso y tiende a señalar su propio distanciamiento", señaló Magister, al recordar que en las fotos oficiales Francisco "se pone en pose con el rostro rígido, a pesar de las exageradas sonrisas del socio de turno".
"No podría obrar de otro modo, dado el juicio radicalmente crítico que el papa Francisco alimenta dentro de sí, respecto a los actuales poderes mundanos", añadió.
Magister explicó que este juicio el Papa lo ha expresado cuando denuncia al diablo detrás de los poderes políticos y económicos, o cuando criticó el "pensamiento único" que quiere subyugar a toda la humanidad.
Uno de sus parámetros del Pontífice es la novela "El señor del mundo" de Robert Hugh Benson; pero en el origen del juicio de Francisco sobre el mundo de hoy está sobre todo el filósofo uruguayo Alberto Methol Ferré, amigo suyo que falleció en 2009 y con quien platicaba en Buenos Aires.