El Arzobispo de Los Ángeles (Estados Unidos), Mons. José Gómez, afirmó que "la misericordia es nuestro 'trabajo', nuestra tarea diaria", la misma que "nos hace hermanos y hermanas de todo el mundo y prójimos de los necesitados", como lo hizo el buen samaritano.
En su última columna publicada en ACI Prensa, el Prelado continuó con sus reflexiones semanales sobre las Bienaventuranzas, esta vez dedicada a la quinta, "Bienaventurados los misericordiosos".
"En la práctica, la Misericordia significa tener compasión con todos y, de manera especial, con aquellos con los que Jesús se identificó: con los pobres, los enfermos, los presos y los extranjeros. La misericordia significa servir a los demás con amor, con el corazón siempre abierto a sus necesidades, a sus heridas y a sus anhelos", afirmó.
Mons. Gómez explicó que "el misericordioso busca liberar a los demás de su miseria, ya sea que ésta sea ocasionada por la crueldad, por la desgracia, por la injusticia social, o por su propio pecado y debilidad".
Explicó que cuando Cristo enseña que "la misericordia que buscamos en Dios debe ser la misericordia que mostremos a los demás", no se refiere a que "la misericordia de Dios sea una 'recompensa' por nuestra misericordia", o que "nuestra misericordia 'tiene como consecuencia' que Dios nos muestre misericordia, ni que lo 'obligue' a ello".
"El apóstol Santiago dijo que la misericordia triunfa sobre el juicio. De eso es de lo que Jesús nos está hablando. Nosotros amamos, porque él nos amó primero. Y tenemos misericordia hacia los demás porque él tuvo primero misericordia de nosotros", indicó.