VATICANO,
Al recibir hoy a los Obispos de Madagascar en visita ad Limina, el Papa Francisco los alentó a "no dudar nunca del dinamismo del Evangelio, ni de su capacidad para convertir los corazones a Cristo resucitado".
El Santo Padre les indicó que para esto "es necesario que la fe que testimonian los cristianos sea vivida diariamente", y para que su testimonio sea creíble "la vida debe ser coherente con la fe".
"Esta invitación está dirigida principalmente al clero y personas consagradas. El sacerdocio, como la vida consagrada, no son medio de ascenso social sino un servicio a Dios y a los hombres".
Francisco les señaló a los Prelados de Madagascar que la castidad y la obediencia son virtudes fundamentales de los sacerdotes, e indicó que "lo mismo sucede con respecto a los bienes temporales y a la prudencia en su gestión. Un testimonio contrario en este ámbito es particularmente desastroso por el escándalo que provoca, especialmente frente una población que vive en la pobreza".
El Papa agradeció a los Obispos "su trabajo valiente y persistente en la evangelización", reconociendo los graves problemas socio-económicos de Madagascar recordando, al mismo tiempo que los obispos han instado "a toda la sociedad a levantarse para construir un nuevo futuro".
Por ello, los alentó a asumir su rol en la "tarea de reconstrucción de los derechos y deberes de cada uno".