VATICANO,
Durante la Misa que celebró este jueves en la Casa Santa Marta, el Papa Francisco advirtió que quien se fía solo de sus propias fuerzas o ideologías y deja de lado a Dios está destinado a la infelicidad, pues solo la confianza en Cristo permite dar frutos también en el tiempo de sequía.
"¡Maldito el hombre que confía en el hombre y busca su apoyo en la carne, mientras su corazón se aparta del Señor!", "el hombre que confía en sí mismo" será como "un matorral en la estepa", condenado por la aridez a quedarse sin frutos y a morir, advirtió el Papa en homilía.
Según informó Radio Vaticana, Francisco dijo que en cambio, quien confía en el Señor "es como un árbol plantado al borde de las aguas, que extiende sus raíces hacia la corriente; no teme cuando llega el calor y su follaje se mantiene frondoso; no se inquieta en un año de sequía y nunca deja de dar fruto". "Solamente en el Señor nuestra confianza está segura. Otras confianzas no sirven, no nos salvan, no nos dan vida, no nos dan alegría".
Explicó que "nos gusta confiar en nosotros mismos, confiar en aquel amigo o confiar en aquella situación buena que tengo o en aquella ideología" y "el Señor se queda un poco de lado". Esto, advirtió, hace que el hombre se encierre en sí mismo, "sin horizontes, sin puertas abiertas, sin ventanas" y "no tendrá salvación, no puede salvarse a sí mismo".
Recordó que eso le sucedió al rico del Evangelio, que tenía todo, "era tan feliz"; pero "no se daba cuenta que en la puerta de su casa, cubierto de llagas", yacía un pobre.
El Pontífice subrayó que el Evangelio dice el nombre del pobre: se llamaba Lázaro. Mientras que el rico "no tiene nombre".