VATICANO,
El lunes 17 de marzo por la mañana, el Papa Francisco recibió al Arzobispo mayor de la Iglesia greco-católica de Ucrania, Sviatoslav Shevchuk, a quien ya había visto semanas atrás cuando las protestas sociales en Kiev y otras partes del país pusieron en jaque al gobierno de turno. Ante la anunciada anexión de la península de Crimea a Rusia, el Santo Padre volvió a contemplar el clamor de la Iglesia en la región.
Luego del encuentro, el Prelado aseguró que la Santa Sede bregará por la paz en el Este de Europa. Según informó la oficina de prensa de la Iglesia en Ucrania, Mons. Shevchuk "relató lo ocurrido en Ucrania en los últimos tres meses", y señaló que "la misión de la Iglesia greco-católica es estar con la gente y entre la gente".
El Arzobispo mayor señaló que el Santo Padre manifestó su solidaridad por el sufrimiento y el peligro que amenaza a la nación, y brindó su bendición apostólica a todos los ciudadanos de Ucrania.
El Arzobispo ucraniano dio las gracias al Papa por su apoyo durante las manifestaciones de los últimos meses. Cuando aquellas protestas se volvieron violentas, Francisco lanzó reiterados llamamientos a la paz. En ese momento tan delicado, la Iglesia greco-católica estuvo con los manifestantes y se ocupó de atender a los heridos.
Crimea ha aceptado por referéndum separarse de Ucrania y unirse a la Federación Rusia, a pesar de las posibles sanciones internacionales.
El Arzobispo Shevchuk está pidiendo a todas las partes, también a Rusia, que respeten la integridad territorial de Ucrania. Además, denunció que hombres armados han amenazado a sacerdotes greco-católicos para que abandonen la península en disputa.