ROMA,
El secretario personal del Papa Francisco, Mons. Alfred Xuereb, reveló aspectos poco conocidos de la vida cotidiana del Pontífice en el Vaticano.
Según este cercano colaborador, el Pontífice olvida sus dolencias físicas para estar cerca de la gente, y si necesita hacer una pausa no opta por tomar una siesta sino por rezar el Rosario.
"Créame ¡No pierde un solo minuto! Trabaja incansablemente. Y cuando siente la necesidad de tomar una pausa, no es que cierre los ojos y no haga nada: se sienta a rezar el Rosario. Creo que reza al menos tres Rosarios al día. Me dice: 'Esto me ayuda a relajarme'. Después retoma el trabajo".
Por la mañana temprano "se dedica a la meditación y prepara también la homilía de la Misa en Santa Marta. Después escribe cartas, hace algunas llamadas por teléfono, saluda al personal que encuentra y se informa sobre sus familias".
El Secretario Personal del Papa Francisco explicó a Radio Vaticano que el Papa ya padecía de ciática cuando al celebrar la Misa de Jueves Santo en marzo de 2013, se arrodilló una y otra vez para lavar los pies a los doce reclusos del centro penitenciario para menores Casal de Marmo de Roma.
A sus 77 años de edad, el Papa "olvida completamente sus dolencias. Por ejemplo, en los primeros meses de Pontificado tenía un fuerte dolor a causa de la ciática que le había vuelto. Los médicos le había aconsejado que evitara inclinarse, pero él, cuando se encuentra con enfermos en silla de ruedas o de niños enfermos en sus cochecitos, se inclinaba ante ellos y les hacía notar su cercanía".