VATICANO,
"¿Me avergüenzo de la carne de mi hermano, de mi hermana?". Fue una de las preguntas en la homilía del Papa Francisco, durante la Misa de la mañana de este viernes en la Casa de Santa Marta, que resaltó además que la vida de fe está estrechamente ligada a una vida de caridad hacia los pobres, sin la cual aquello que se profesa es sólo hipocresía.
Según señala Radio Vaticano, el Santo Padre dijo que el ayuno, de acuerdo a la visión de Dios, consiste en "soltar las cadenas injustas", "dejar en libertad a los oprimidos", pero también "compartir tu pan con el hambriento y albergar a los pobres sin techo", "cubrir al que veas desnudo".
"¡Aquél es el ayuno que quiere el Señor! Ayuno que se preocupa por la vida del hermano, que no se avergüenza -lo dice el mismo Isaías- de la carne del hermano. Nuestra perfección, nuestra santidad va delante con nuestro pueblo, en el cual hemos sido elegidos e insertados. Nuestro acto de santidad más grande está precisamente en la carne del hermano y en la carne de Jesucristo".
"El acto de santidad de hoy, nuestro, aquí, en el altar, no es un ayuno hipócrita: ¡es no avergonzarse de la carne de Cristo que hoy viene aquí! Es el misterio del Cuerpo y de la Sangre de Cristo. Es ir a compartir el pan con el hambriento, a curar a los enfermos, los ancianos, aquellos que no pueden darnos nada a cambio: ¡no avergonzarse de la carne, es eso!".
El Santo Padre explicó que el cristianismo no es una regla sin alma, un prontuario de observancias formales para gente que pone la cara buena de la hipocresía para esconder un corazón vacío de caridad. El cristianismo es la "carne" misma de Cristo que se inclina sobre el que sufre sin avergonzarse.
Para explicar esta contraposición, el Papa retomó el diálogo del Evangelio de hoy entre Jesús y los doctores de la ley, que critican a los discípulos por el hecho de no respetar el ayuno, a diferencia de ellos y de los fariseos que en cambio lo practican mucho. El hecho, objetó el Pontífice, es que los doctores de la ley habían transformado la observancia de los Mandamientos en una "formalidad", cambiando la "vida religiosa" en "una ética" y olvidando su raíz, o sea "una historia de salvación, de elección, de alianza":