MADRID,
El Obispo de Córdoba (España), Mons. Demetrio Fernández, recordó que los laicos representan la inmensa mayoría del Pueblo de Dios y por tanto es tarea de los obispos de que en sus territorios "todos los fieles laicos confluyan en esa misión evangelizadora, con toda la riqueza de carismas que cada grupo representa, y que constituyen un don del Espíritu para la época presente".
Así lo expresó en su carta donde abordó el objetivo del Consejo Diocesano de Pastoral. "La nueva evangelización se hará con los laicos, o no se hará. Alguien ha llamado al laicado en la Iglesia como el gigante dormido, porque representa una fuerza potentísima que hay que despertar cada vez más, una fuerza que está por desplegarse en todo su vigor. A lo largo de todo el siglo XX ha habido un despertar progresivo de los fieles laicos", afirmó.
"Es lo que pretende el Consejo Diocesano de Laicos, que va dando sus pasos, incorporando seglares de todo el territorio y de los distintos carismas. No se trata de rivalidad, ni menos aún de suprimir o ignorar a unos en beneficio de otros. Se trata de conocerse para estima mutua y para potenciar la eficiencia de la acción que cada uno realiza", explicó.
En ese sentido, afirmó que el obispo "es el principal garante de todos esos carismas, que al vivirlos en la comunión eclesial, adquieren todo su valor para el servicio orgánico del Pueblo de Dios. Se trata en definitiva de potenciar la eclesialidad de todos estos cristianos laicos, paras que vivan su vocación y su misión como Iglesia en el mundo".
Al referirse a los temas que este 15 de febrero tratará el Consejo Diocesano de Pastoral en su reunión anual, Mons. Fernández puso relieve en la realidad familiar. "La familia en la nueva evangelización es lugar de vivencia, de encuentro, y al mismo tiempo de misión. El evangelio de Jesucristo y la experiencia milenaria de la Iglesia tienen mucho que decir en el campo de la familia, sometida hoy a profundas transformaciones".
El Obispo recordó que "la familia responde a un proyecto originario de Dios, con el que a menudo se quiere cortar. Toda persona, sea cual sea su situación, es llamada a vivir en la Iglesia como familia, donde se sienta acogida por la misericordia de Dios (…). Qué es la familia, cómo vive hoy su propia identidad, qué dificultades encuentra".