CARACAS,
La Presidencia de la Conferencia Episcopal Venezolana (CEV), condenó la violencia del miércoles contra la marcha pacífica que realizaban miles de jóvenes y que dejó tres muertos y decenas de heridos y detenidos; y exigió al Gobierno de Nicolás Maduro respetar el derecho a la protesta pacífica, la libertad de información y atender las causas por las cuales la población sale a las calles.
"Como pastores de la Iglesia manifestamos nuestro deseo de contribuir al fortalecimiento de la paz entre todos los venezolanos. Rechazamos cualquier tipo de violencia, tanto en las manifestaciones como fuera de ellas, así como los excesos en la represión de las mismas", expresaron los obispos en un comunicado este viernes.
Los obispos recordaron que el derecho a la protesta pacífica, así como a la libertad de expresión e información son valores sociales imprescindibles en una auténtica democracia que deben ser garantizados por quienes ejercen responsabilidades públicas, "evitando el uso de medidas judiciales para amedrentar y castigar a los disidentes".
"El recurso a la violencia como medio para imponer las propias posiciones, venga de donde venga, es moralmente inaceptable. Esta debe ser desterrada siempre tanto del lenguaje como de las acciones", expresaron. En ese sentido, exigieron que "los grupos violentos deben ser desarmados y controlados por las autoridades policiales, en concordancia con la política de desarme. Exigimos una exhaustiva investigación y el castigo a los culpables en el marco de la Constitución y las leyes, observando el debido proceso judicial".
Asimismo, recordaron que es deber del Estado "atender los justos reclamos de los diversos sectores y ofrecer las condiciones mínimas para un diálogo social que permita superar los problemas sociales y económicos. Este diálogo se evalúa por los resultados; debe basarse en el respeto de las legítimas diferencias y tener como finalidad la búsqueda del bien común, que va más allá de los intereses de personas o grupos".
Por ello pidieron a los líderes de todos los partidos y agrupaciones alentar a sus partidarios a bajar las tensiones, "al reconocimiento de los adversarios y a la mutua reconciliación. Que sea firme y sostenido el propósito de construir la paz y evitar cualquier tipo de manifestación violenta que rompa la sana convivencia entre todos los ciudadanos".