ROMA,
El Papa Francisco mantuvo este jueves un encuentro con dos hermanos argentinos, Carlos y Rodolfo Luna, exiliados en Suecia, con quienes conversó alrededor de una hora en presencia de algunos periodistas.
Según señala la agencia AICA, de esta conversación informal y amigable, se deduce que el Santo Padre conoció a la esposa de uno de ellos, "Estercita", ya fallecida, a quien él vio nacer en 1954.
En efecto, el joven Jorge Mario Bergoglio trabajaba en un laboratorio químico con la madre de esta señora, es decir la suegra de uno de los argentinos, la señora Ester, que era su jefa en aquel trabajo.
El Pontífice recuerda que si bien era muy severa, la quiso como a una hermana.
El Papa también recordó que para ayudar a estas señoras escondió en el Colegio Máximo de San Miguel su biblioteca, en un período en el que estaban bajo vigilancia militar.
Francisco también recordó su amistad con un pastor luterano Anders Gutt, con quien compartió en Buenos Aires la cátedra de Teología Espiritual. "Un jesuita y un luterano, y nos entendíamos muy bien", bromeó.