ROMA,
"Después de haber examinado ante Dios reiteradamente mi conciencia, he llegado a la certeza de que mis fuerzas, debido a mi avanzada edad, no se adecúan por más tiempo al ejercicio de mi Ministerio. Con total libertad declaro que renuncio al ministerio de Obispo de Roma y Sucesor de Pedro". Este martes se cumplirá un año de la renuncia de Benedicto XVI, cuando pronunció estas palabras en latín.
Era un lunes 11 de febrero a mediodía, el Pontífice se encontraba celebrando el consistorio para la canonización de los mártires de Otranto y eligió ese lugar y ese momento para hacer un anuncio histórico en latín. Ente los pocos periodistas que cubrían el evento, una periodista de la agencia ANSA entendió las palabras del Papa y las difundió.
Pocos minutos después de que los medios de todo el mundo comenzaran a anunciar la renuncia de Benedicto XVI, el Vaticano lo confirmaba y anunciaba además que la renuncia se haría efectiva el 28 de febrero, momento a partir del cual, comenzaría la Sede Vacante hasta la celebración del Cónclave.
El 28 de febrero de 2013 a las 17.07 horas, Benedicto XVI abandonó el Vaticano en helicóptero con destino a Castel Gandolfo. Desde el balcón de la residencia de verano de los Pontífices, el que había sido Papa durante ocho años, se dirigió a las personas congregadas en la Plaza para decirles: "Soy simplemente un peregrino que inicia la última etapa de su peregrinaje en esta tierra".
En Castel Gandolfo vivió durante dos meses, mientras se realizaban las adaptaciones oportunas en la que iba a ser la nueva residencia del ya Obispo Emérito de Roma, en el antiguo monasterio 'Mater Eclesiae'. No obstante, durante esos 62 días, no estuvo solo. De hecho, las primeras imágenes 'robadas' del Pontífice lo mostraban paseando por los jardines junto a su secretario personal, Georg Gänswein.
Además recibió alguna visita como la de su sucesor, el Papa Francisco, que se trasladó hasta Castel Gandolfo el 23 de marzo. Ese día, las primeras imágenes de ambos abrazándose delante del helicóptero y rezando en la capilla arrodillados en el mismo banco, dieron la vuelta al mundo.