MÉXICO D.F.,
El Arzobispo Primado de México, Cardenal Norberto Rivera Carrera, alentó a los niños y jóvenes participantes del XVI Congreso Nacional de la Infancia y Adolescencia Misionera que se realiza en Toluca en el estado de México, a que sean fieles y obedientes como San José para poder llevar la alegría del Evangelio a todos.
En la homilía de la Misa que presidió el 30 de enero, el Purpurado reflexionó sobre el lema del Congreso "Misioneros con San José contagiemos nuestra fe" y recordó que "naturalmente Jesús es el único Salvador del mundo, pero Dios invita a María y a José a participar muy de cerca en el misterio de salvación".
"Desde el momento en que José recibió su misión de tomar por esposa a la Madre de Dios, hizo lo que el ángel le mandó. Este fue el comienzo de una larga vida de permanecer fiel a la llamada de Dios hasta el final. Aunque el evangelio no cita sus palabras, su propio silencio habla con elocuencia la verdad que hay en llamarle el justo. José tiene todas las características humanas necesarias para ser buen esposo de María".
Tras resaltar que San José trabaja y sirve en lo cotidiano como carpintero, el Cardenal Rivera indicó que el Santo Custodio "nos enseña a santificar la vida diaria, elevando a Cristo las obras comunes, humildes y sencillas".
"También el trabajo de José está envuelto en el mismo clima de silencio que indica una profunda vida interior. José vivía en contacto diario con el misterio, y la gran contemplativa, Santa Teresa de Jesús, promovió la devoción a él corno modelo de contemplación. Su insondable vida interior era el fundamento de su sacrificio total de sí en sumisión a Dios y disponibilidad para su servicio".
Al vivir en comunión con Jesús, continuó el Purpurado, "María y José fueron los primeros beneficiados por el amor salvífico que todas sus acciones irradiaban. San José unió perfectamente la contemplación y la acción, el amor directo a Cristo, la verdad y el amor expresado en servicio activo al niño".